La mirada de la lechuza.
Filosofía para jóvenes despiertos
Con este libro he puesto mi atención en un horizonte muy concreto y, a la vez, cercano: el canto del gallo al amanecer nos despierta y anuncia la claridad del nuevo día. A eso nos encaminamos cuando, partiendo de un animal (un tábano, una paloma, un escarabajo…) llegamos a un filósofo (Sócrates, Kant, Kafka…) que nos hablan de la vida y de la muerte, de lo divino y de lo humano. Con esta curiosa mezcla de animales por un lado y filósofas (Simone de Beauvoir, Hipatia o Adela Cortina, entre otras) y filósofos por otro lado, he querido acercarme de nuevo a los jóvenes para advertirles, como siempre lo hice en mis clases, que el pensamiento y la filosofía están ahí para que la vida no nos engañe.
La brevedad del libro tiene un sentido claro: no agobiar o aburrir a la joven o al joven que ha decidido leer. La dificultad de comprensión que pueda tener el escrito va subiendo gradualmente de capítulo a capítulo. No hay problema. Así y todo, somos conscientes del gran compromiso que todos tenemos. Me refiero, como ya supone quien lea estas líneas, a la obligación de hacer lo imposible para que nuestros jóvenes se vayan alejando poco a poco de las redes, de la tecnología que nos arrastra al sueño del pensamiento dentro de una realidad virtual que hace pedazos todo intento de pensamiento crítico.
Si conseguimos que la lectura de este breve libro sirva para dar el primer golpe de atención, bienvenida sea su lectura. Si la joven o el joven es capaz de romper las cadenas que, deseo tras deseo, atan su vida con la fantasía de amigos virtuales, juegos increíbles o publicidad engañosa, si se da cuenta de que está atado, ya es una buena señal. Romper definitivamente con las ataduras lleva su tiempo. Si, por último, después de la lectura, la lechuza, tomando los ojos de los más jóvenes, empieza a observar y comprender las cadenas, si es así, todos nos podemos dar por satisfechos.